¿Cómo superar los problemas de la convivencia?
La convivencia es una fuente eterna de conflictos, desde niños tenemos que aprender a respetar y cumplir unas normas básicas de conducta en nuestro hogar.
Hablamos de la convivencia en general, ya que la única diferencia es que viviendo con nuestros padres, compañeros ó pareja la autoridad de las normas varía.
Aunque para aprender a convivir, tiene que haber diálogo y flexibilidad.
¿Cuales son las principales fuentes de conflicto?
Orden y limpieza:
Los conflictos suelen venir desde el criterio de lo que es importante, y lo que no.
Por educación y por costumbre a veces creemos que nuestro concepto de orden y limpieza es el correcto. Es importante al empezar una nueva convivencia hablar y poner en una lista lo que hay que hacer. Otra cosa a tener en cuenta es sí nuestros compañeros no estan acostumbrados o no respetan estas nuevas normas es que haya consecuencias (que ya habremos pactado previamente).
Suele ocurrir que el que es más ordenado y limpio por costumbre, se acaba echando el peso encima, por que sus compañeros no se sienten incómodos con algo de desorden,
Para ello hay que cambiar papeles y dialogar, no desde el “como deben ser las cosas” si no “como me encuentro yo, a gusto” y establecer sanciones.. Es decir concienciar de lo desagradable que es para uno ese desorden y además ceder en que las cosas no sólo deben estar a mi gusto. Para que el que es más desordenado se conciencie y haga un esfuerzo y el que es más ordenado tolere más.
Gastos e ingresos:
los problemas se recrudecen en pareja, por que se comparte la vida en general. Si os fijáis los compañeros de piso a veces para evitar conflictos hasta tienen baldas adjudicadas en la nevera. Y con nuestros padres hay una asignación de paga generalmente.
En pareja ante todo hay que respetar las normas internas que se tengan si a la pareja le funcionan.
Al comenzar a convivir se crearan muchísimos gastos que hay que repartir, una vez adjudicados estos gastos (si hay dos cuentas separadas), la fuente del conflicto es el dinero sobrante.
Cómo con los criterios de orden y limpieza, hay personas que no valoran nada el ahorro, y otras que se obsesionan en ahorrar.
Lo primero que hay que preguntarse es , para que ahorramos, para una posible necesidad, para unas vacaciones.
Cuando hay desacuerdo en este aspecto siempre recomiendo una formula en caso de conflicto, del dinero sobrante a final de mes, 50% dedicado a ocio, caprichos (que puede ser ahorrado para más adelante) y el otro 50% de ahorro.
Horarios:
Hay personas más rígidas, personas que necesitan dormir muchas horas, personas que suelen tomar la siesta, hay personas que se duermen en el sofa, hay otras personas que necesitan silencio y oscuridad.
Cuando los hábitos son muy distintos, hay que aprender a encontrar un criterio nuevo, ceder por ambas partes y dialogar.
Pero la clave para que la convivencia funcione es ser conscientes de que nuestras costumbres y hábitos son algo aprendido. Nuestros padres nos han inculcado cómo debemos comportarnos y es curioso cómo a veces no nos planteamos que se puede cambiar, y que hay varias formulas correctas.
Cuando cambias de hogar , debes crear uno nuevo, ser dialogante y respetar las normas ajenas, sí son diferentes de las tuyas hay que crear unas normas nuevas.
Habla con amigos y compañeros , para contrastar si es tan descabellado el modo de vivir de tu o tus compañeros de piso. Piensa que un nuevo hogar es un lugar para aprender y que aprendan de ti.