Caso anónimo «Lo dí todo por mi hijo y no me siento correspondido»
Luis tuvo una infancia muy dura en la que tuvo que empezar a trabajar y renunciar a sus estudios por que uno de sus padres tenía problemas y no aportaba dinero en casa. Casi en la adolescencia conoció a su primera pareja y se fue a vivir con ella casi inmediatamente, tuvieron un hijo que tuvo que criar él sólo. Cómo su niñez fue tan dura le dio todo y en la actualidad se siente culpable por no haberle obligado a esforzarse.
Además, recientemente, su hijo le ha confesado su homosexualidad y le cuesta mucho aceptar que su hijo no será padre, han tenido muchos enfrentamientos por ello»
Cuando el pasado nos duele nos podemos obsesionar por no repetir los errores de nuestros padres. Esto nos hace irnos al lado extremo de lo que hemos vivido, sin tener en cuenta que es otro tiempo, otras circunstancias, y que nuestros padres también nos han enseñado cosas positivas.
Luis ha sufrido mucho pero también aprendió a salir adelante sólo y debería valorarlo. Seguramente uno de sus padres tenía un problema y el otro lo sufría, y no supieron manejarlo de otra manera. Habría que trabajar la aceptación del pasado y el perdón para poder avanzar.
En la relación actual, otro error es que tenemos un esquema aprendido de lo que necesita una persona para ser feliz. Muchas personas no creen que se pueda ser feliz sin tener hijos, ó una familia tradicional. Es similar a cuando un hijo nos dice que no quiere estudiar, o que se va a dedicar a una profesión que no entendemos. Si no se hace daño a sí mismo ni a los demás, y acepta a lo que renuncia. No deberíamos enfrentarnos abiertamente a sus decisiones.
Ya que en el caso de que fuera un error , tiene que cometerlos, como nosotros hemos hecho.
Puede que no nos guste su pareja, pero si le trata bien,debemos aceptarla. Puede que no nos dé tranquilidad su profesión pero si sale adelante aunque nos asuste deberíamos apoyarle.
Para resolver esta situación cuando son adultos, es importante recordarles que respetamos sus decisiones. Que no tenemos por que tener la razón y que somos pesados por que nos preocupamos.
Lo mismo que nos hubiera gustado escuchar de nuestros padres.
Las relaciones familiares pueden mejorarse con terapia familiar, generalmente suele haber conflictos enquistados y dolor.
¿Te ves reflejado en esta historia?
Diana Alonso 657124689