¿Estas solo? o ¿Te sientes solo?
Elías tenía 55 años y un cuadro de acaparamiento por el que tras la insistencia de Violeta (su hermana mayor) comenzó por primera vez en su vida una terapia. Al hablar de su madre tenía un gran sentimiento de abandono; la definía como una madre ocupada y fría. Su madre era viuda y trabajaba en un fabrica al llegar a casa priorizaba las tareas del hogar a estar con él. Al hablar con Violeta se quedó perpleja ya que ella no tenía ese recuerdo en absoluto. Su hermana contaba que tenía que trabajar y estaba muy ocupada en casa pero había muchos momentos de compañía y cariño. Curiosamente Violeta tendría que haber sentido mayor abandono que Elías, ya que era consciente de que su madre delegó en ella muchas tareas que por edad no le correspondían.
¿Cual era la realidad? pues es difícil saberlo; probablemente un termino medio de ambos. Seguramente pasaba poco tiempo con sus hijos y pese a quererlos tenía poco tiempo para demostrarselo. Sentirse sólo o abandonado tiene mucho de percepción.
Lo primero porque sentirse acompañado es una experiencia diferente para cada uno. Esto explica porque muchas personas aguantan situaciones muy duras sólo por miedo a no vivir en soledad. Cuando trabajamos con personas inmersas en relaciones tóxicas acaban descubriendo que su pareja sólo comparte un espacio físico pero no sus recursos; su cariño; sus experiencias. También explica cómo puede funcionar una relación a distancia cuando las dos personas se sienten conectadas.
Otro ejemplo curioso es ir solo al cine. Para algunos es una manera de ver una película que les interesa y disfrutarla mucho mas. A otros les genera un sentimiento de vergüenza y soledad porque piensan que nadie a querido acompañarles y porque además se preocupan por que los otros espectadores van a pensar de ellos ( cómo sí todos fueran a pensar que ir sólo al cine es sinónimo de no tener amigos).
Desde luego que es algo magnifico cuando dos personas se sienten conectadas y queridas recíprocamente; pero hay una parte en nuestra autoestima que tiene que sentirse relativamente bien para disfrutar de ello.
Quizá tú o algún ser muy querido hayáis pasado por una depresión. La persona que la sufre además de tristeza y angustia se siente profundamente sola e incomprendida; y el otro de desespera por que pese a desearlo no consigue que la persona con depresión sienta su cercanía.
Este componente personal también explica porque muchas personas sufren una ruptura inesperada. Cuando alguien nos cuenta que su pareja le ha dejado de un día para otro siempre pensamos que eso se debería notar; pero si nosotros nos sentimos conectados muchas veces no tiene porqué ser reciproco.
Que la soledad tenga una gran parte de percepción no implica que las relaciones humanas pierdan ese componente romántico que puede ser reciproco. Lo que implica es que con un trabajo personal gran parte de ese sentimiento se puede transformar. Ya que en nuestra sociedad sólo tenemos que hacer click o visitar un centro cultural para acercarnos a otro ser humano.
Hay que diferenciar una circunstancia personal a una capacidad. Y es que como decía una gran profesional no es lo mismo sentirse no querido que sentirse no querible. Con 7.000.000.000 de corazones en el mundo es matemáticamente improbable no encontrar alguien con el que conectar.