¿Debo decir en el trabajo que me estoy rehabilitando de una adicción?
Es un tema complicado y ante todo hay que decir que la situación profesional de cada paciente es diferente. Y que sabemos que aunque no sería ético,el comentar este problema puede traer consecuencias. En última instancia, es el afectado junto con su entorno terapeutico el que debe decidir.
Dependiendo del tipo de terapia, comunicar este problema al entorno cercano puede ser una pauta de tratamiento.No se trata de divulgarlo a los cuatro vientos. Es una protección para la persona con adicción y un apoyo para las personas que les están ayudando.
La rehabilitación debe ser lo primero, se recomienda decirlo cuando por las circunstancias laborales puede haber riesgo de recaída, como acceso a dinero, trabajar con personas con las que se han consumido, hábitos muy relacionados al consumo. A veces la actividad adictiva se desarrolla sólo en el entorno laboral. Muchos pacientes y familiares tienen miedo a perder el trabajo, y es totalmente comprensible, pero una recaída puede hacer que lo pierdan todo. Pero hay que decir que otros muchos pacientes piden ayuda precisamente cuando ya han perdido el trabajo
No siempre es necesario decirlselo a todos, a veces basta con tener un complice para que nos salve de situaciones difíciles, por ejemplo si existe un proceso de control económico, será difícil justificar un regalo a un compañero, una compra en un departamento. Imaginemos un alcoholico en una cena de empresa, si tiene un compañero de confianza estará apoyado y le podrá echar un capote. Además de una tranquilidad para su famillia que tendrán una preocupación menos.
Tampoco es indispensable comentar la situación con toda su crudeza, es decir, aunque las mentiras piadosas estan totalmente desaconsejadas, sí podemos decir en el trabajo, que nos están controlando en casa por un tema de gastos, que nos hemos pasado un poco en alguna conducta y estamos corrigiendolo.
En ocasiones perder el trabajo no sólo es un riesgo a veces es una NECESIDAD, lamentablemente, vemos casos de pacientes que han tenido que dejarlo o pedir una excedencia. Imagina por ejemplo; una persona adicta al juego que trabaje vendiendolo. Sé que para un paciente que suele llegar con deudas es una pesadilla quedarse en el paro, y más aún en esta época. Pero al rehabilitarse la deuda al menos no se hace más grande. En estos casos hay que esforzarse por encontrar un nuevo trabajo. Y os podemos asegurar que a medio y largo plazo puede ser un buen cambio.
Un argumento que oímos a diario para no contarlo es que, ellos jamas han puesto en riesgo su trabajo por su adicción, pero seguro que cuando empezaron con ella, a consumir, a jugar etc. tampoco se imaginarian que iban a traspasar tantos límites. Para un adicto no existe nada sagrado y poco a poco van transgrediendo límites.
A veces no se quiere contar para dejarse una puerta abierta al consumo. Cómo un adicto al alcohol que se deja escondida una botella, aunque no la esté usando sabe que tiene la posibilidad y eso hace incompleta la abstinencia mental. Cerrarse todas las puertas posibles es muy importante.
En la terapia, se trabaja cada caso entre el entorno familiar, el psicólogo y el paciente se tiene que llegar a un acuerdo según las circunstancias. Se debe evitar el no contarlo como recurso o por vergüenza.
Decirlo o no en el entorno laboral no siempre es posible, o lo más recomendable. En ocasiones, puede que ni sea necesario.Pero debemos sopesarlo con los profesionales y no tener miedo a las consecuencias. Ya que lo peor para una adicto es una recaída.