Reeducar nuestra relación con el dinero.
Haber trabajado 12 años con la rehabilitación de juego patológico me ha formado en cómo reeducar nuestra relación con el dinero. Es esencial aprender a darle su valor y amoldarnos a nuestros ingresos reales.
Sobre todo al inicio del tratamiento hay que procurar no llevar dinero, y si es indispensable (realmente indispensable) que sea el mínimo que se necesite y siempre justificado.
Esto genera muchos «problemas» que siempre tienen solución; aunque en realidad es sentirse como si se estuviera desnudo lo que angustia a quien cambia el hábito. De hecho, muchas veces los problemas son excusas.
«Por si acaso…» ; dicen ; pero cualquier problema que podamos tener siempre será preferible a malgastar. Estamos trabajando una abstinencia y como tal es bastante difícil.
Para evitar gastos es importante planificar si se va a necesitar hidratarse o va a apetecer tomarse una café caliente. Además habría que definir que es un gasto innecesario (por ejemplo: con un buen termo o una buena tartera además de ahorrar, evitamos llevar dinero encima).
Lo mismo ocurre con el tabaco, hay que ser previsor.
A veces hay gastos que parecen «caprichos» pero son una buena inversión. Por ejemplo: Una persona que busca empleo, si se saca el abono transportes, se evitará si le sale una entrevista agobiarse con un gasto. O por ejemplo invertir en ropa que dure más tiempo y sea de calidad.
Además de justificar el gasto, es recomendable llevar una libreta con el dinero que se recibe, porque la memoria puede engañarnos y tener un problema innecesario.
Antes de realizar cualquier gestión o trámite podemos consultar el gasto que va a implicar, por ejemplo: Un certificado, si es gratis no necesitaremos efectivo y si cuesta una cantidad determinada, al saberla nos evitaremos dar dos viajes o llevar dinero de más encima.
Cuando saneamos la economía lo primero que hay que saber es la situación y las deudas. Lo siguiente es saber los ingresos reales que tenemos; nuestros gastos fijos (casa, comida y suministros). Dejando siempre un poco para ocio e imprevistos. Si mientras lees esto, te agobias, te diré que es lo más normal. Nuestra sociedad es descaradamente consumista y nos cuesta aceptar que no podemos gastar más de lo que ingresamos. Esto es lo que ayuda a que las empresas de créditos rápidos se estén haciendo de oro.
Si se realiza bien este saneamiento de la economía. Pronto podremos empezar a pensar que haremos con nuestros ingresos cuando no haya deudas. Sería fantástico aprender a darnos caprichos en función de nuestras posibilidades.