Los «porros» y el síndrome amotivacional.
Desde que trabajo en adicciones llevo comprobando el daño que hacen las mal llamadas drogas blandas.
Es bastante frustrante tener que «debatir», y lo pongo entre comillas por que estas drogas (hachís y marihuana) ;tienen unos efectos negativos a corto y a largo plazo muy nocivos. Y punto!!! Esto es así. Aunque no te quieras enterar.
El uso terapéutico tiene que estar justificado y controlado. Lamentablemente es en los cuidados paliativos donde más comprendo su consumo. No las demonizo (bueno… si …un poco). Pero por la enorme resistencia que encuentro en la sociedad a reconocer que son drogas y no son inocuas.
Creo que su uso también tiene que ver con este estrés absurdo y frenético que llevamos en nuestra sociedad. Y que puede empujar a muchas personas a buscar ayuda química para problemas psicológicos o farmacológicos.
El síndrome amotivacional es de las mas crueles consecuencias que he detectado. Ya que esta falta de ganas de luchar; de vivir; de mojarse para solucionar los problemas, apenas se detecta si no hay una ayuda terapéutica que lo señale.
Esto se percibe con mucha claridad con perfiles que en el pasado habían mantenido una rutina de lucha y esfuerzo (deportistas de élite, emprendedores,etc). Estas personas que empiezan a consumir de manera diaria,van dejando de lado todos los objetivos de su vida. Hasta que su rutina se vuelve bizarra y sin motivaciones. La abstinencia consigue que en unos meses empiecen a retomar estos objetivos.
Os dejo dos testimonios de EXconsumidores que creo que explican de una manera cercana lo que implica este síndrome y como poco a poco va comiéndose su vida.