¿Lo necesitas o lo quieres?
La vida de niños era más fácil. Tus padres te decían lo que tenías que hacer y tu tratabas de escaquearte al máximo para jugar hasta que te imponían un límite. Explorabas ese límite y negociabas con el «jefe» . Solo tenias que pedir y el adulto imponía y decidía. Él era el responsable de tus frustraciones.
¿Qué pasa cuando creces? Llegas a la madurez y resulta que eres tu el que tiene que decirte si o no. Y lo peor es decirse que No cuando algo Si lo podrías hacer pero no es una actuación responsable. Vivimos inmersos en el consumismo y aunque no debe ser la fuente de nuestra felicidad; a veces puede ser bueno darse un premio.
El problema viene cuando tratamos de convencernos o convencer al otro de que lo que queremos es una necesidad (propia o ajena) y así pasar la bola de la responsabilidad de un gasto que se puede evitar.
Te pongo un ejemplo: Ir en coche al trabajo. Muchas personas ni se plantean un medio de transporte alternativo. Está claro que si te lo puedes permitir moverte en coche es ganar en calidad de vida.
El hacerlo es natural; tenemos alrededor miles de productos y comodidades que nos llaman la atención. La publicidad trata de convencernos que dichos productos nos harán más felices. Lo que hay que reconocer es que tenemos muchas menos necesidades de las que nos creamos y evitar conflictos siendo sinceros con nosotros mismos.
Quizá te descubras a ti mismo en estas situaciones: “Hoy me salto la dieta porque he tenido un día duro”. “Necesito renovar mi armario porque no doy buena imagen en el trabajo”. “Voy a llamar a un profesional para que me solucione este problema porque no puedo hacerlo por mí mismo”. “Yo no me arreglo con un móvil no inteligente”
Puede que al leerme hayas pensado que en tú situación y por tus circunstancias estas acciones ( escogidas al azar ) si son necesidades. Es cierto; tú eres el único que puede discernir si algo lo quieres o lo necesitas.
Pedir ayuda; ir por el camino fácil no tiene que ser malo. La vida ya es muy dura por lo que es bueno mimarse y no sufrir innecesariamente. La mayoría de las cosas materiales que creemos necesitar son prescindibles y discernirlas nos eliminará muchas frustraciones.