La recaída en una adicción.
No hay peor pesadilla para la familia y el adicto en rehabilitación que una recaída. Sin embargo una recaída no implica para nada que todo el camino recorrido no haya servido o que no se tenga intención de cambiar de vida. Sobre todo cuando el propio afectado pide ayuda cuanto antes.
Una recaída es el síntoma de que algo en este proceso no está funcionando. Cuando un niño pequeño empieza a andar se tropezará y caerá más de una vez. Lo que ocurre es que el propio afectado ha tenido que tejer redes de seguridad para amortiguar el golpe o no tocar el suelo.
En terapia tratamos de evitar la recaída por que no es necesario pasar por ella para avanzar aunque a veces pueda ser muy terapéutico . Además puede que directamente no se la pueda permitir; en muchas ocasiones perdería a la familia; el trabajo o los amigos que son su principal red de seguridad.
Cuando se produce la recaída lo que hay que analizar son los fallos; algunos conscientes y otros no tanto.
Se producen por:
SALTARSE LAS PAUTAS de tratamiento: Las pautas de tratamiento son la principal red de protección; cuando se avanza en el proceso es probable que no sean tan estrictas como al principio pero esto tiene que hacerse con supervisión; sin prisa y con mucha honestidad por parte de la persona en rehabilitación. Entender esta enfermedad es algo lento y difícil y estar preparados para quitarse las redes de seguridad lleva mucho tiempo.
CONFIARSE: El cambio al principio del proceso terapéutico suele ser muy grande; pero este primer avance llegan otras etapas quizá hasta más complicadas. Además se le suma que el susto de las consecuencias y el trauma de verse en esta situación hacen que no aparezcan las ganas de recaer. Esto es sólo un espejismo; tratar de recuperar la vida anterior y acercarse sin miedo al objeto de nuestra adicción suele ser un gran error.
PUEDO CONTROLARLO: Otra gran fantasía es la de poder volver a la conducta adictiva sin descontrolarse. El demostrarse que se puede vivir de otra manera y no reconocer que tendremos que decir un adiós definitivo hacen que el adicto empiece a autoengañarse. Y a probar…
NEGACIÓN DEL APETITO DE LA CONDUCTA ADICTIVA: El adicto no sabe o no quiere reconocer el apetito; la abstinencia además hace que esas ganas no sean tan intensas como cuando estaban en activo. Por eso esos pensamientos, recuerdos e imágenes en los que incluso se recrean no se comentan. Al recrearse las ganas crecen y se vuelven más fuertes y se acaba produciendo la búsqueda de la conducta adictiva con gran intensidad (craving).
CANSANCIO: Luchar contra una adicción es agotador. Aunque es falso muchos adictos tienen la sensación de que su vida es un sobreesfuerzo constante. El error aquí es que no se encuentra un interés en salir del problema para una vida mejor. Suele ocurrir cuando se mantienen en la rehabilitación de manera forzada (que forzados vienen en la mayoría de las ocasiones) y no se quiere interiorizar en el problema ; para tranquilizar a la familia o amigos.
Una recaída debe ser una herramienta de aprendizaje. Lo que ocurre es que las consecuencias sociales y emocionales pueden ser fatales. La única opción que queda es pedir ayuda y tratar de volver a luchar.