La importancia de luchar por tus sueños
Cuando preguntamos en terapia cuales son tus metas oímos «no sentirse mal» o «ser felices».
Un paciente viene a nosotros generalmente por un problema que no sabe bien como gestionar. Pero el psicólogo también puede enseñarte a motivarte para buscar que necesitas para ser aún más feliz.
El problema suele venir cuando los sueños se dejan por imposibles, sobre todo cuando las metas son muy disparadas.
Es decir, no es malo soñar con ser millonario, o con ser mundialmente famoso. Pero lo vemos tan lejano que no creemos que sea realizable. Y claro seguramente con nuestros medio actuales sera muy difícil. Lo que hay que hacer es fraccionar ese sueño en pasos realizables, e ir hacía ellos sabiendo los medios que tenemos para ello.
Por ejemplo, muchas personas en su juventud soñaron con dedicarse al mundo artístico pero no triunfaron y la vida les lleva a orientarse a un trabajo más estable. Pero siempre existe un tiempo libre en el que ese sueño se adapte a nuestras posibilidades como en un grupo amateur de teatro o ensayando y actuando los fines de semana con nuestro grupo.
¡¡¡Nunca es tarde!!! Muchas personas han priorizado su familia a un gran éxito en su carrera profesional, y cuando tienen un poco más de tiempo puede que se lamenten. Se dicen a si mismos que ya están fuera del mercado o que ya están mayores. Pero hay que luchar para adaptar esos sueños a nuestras posibilidades reales. (Morgan freeman hizo su primera película con más de 40 años),
Es cierto que con una familia, es muy complicado adaptar un trabajo a un horario, pero hay que buscar formulas para conseguirlo. El camino lo que será es mas lento y difícil pero todo es posible
Otro
ejemplo, no es negativo soñar con tener un ferrari, pero puede frustrarnos si no tenemos una capacidad de ahorro, pero… si podemos plantearnos alquilar ese coche para darnos una vuelta en un pista. Y disfrutar de esa carrera como un niño que juega con sus regalos de reyes. Saber que el objetivo es difícil pero poner metas para acercarse y disfrutar de esos pequeños triunfos.
Aprender a cocinar algún plato, conseguir reparar algún electrodoméstico, tocar algún instrumento, conseguir una foto con alguien a quien se admira, visitar ciudades nuevas, probar actividades que nos crean curiosidad.
La ilusión es una sensación mágica a la que no debemos renunciar.Uno de los trabajos más bonitos que podemos tener los terapeutas es enseñar a nuestros pacientes, a no renunciar a lo que quieren, a enseñarles que hay otros caminos más lentos seguramente pero que no hay que cerrar las puertas a nuestros sueños.