La ficción y nuestros traumas.
Muchas personas sienten que libros, series, canciones y películas les han cambiado la vida. Si no lo has experimentado es posible que te parezca una exageración pero lo ficcional puede resonar en ti de una manera muy potente.
El aprendizaje vicario es una herramienta para comprender que consecuencias pueden producir la conducta de los otros, así tendremos una referencia de lo que queremos copiar y lo que no. A veces la empatía es tan potente que el o observador siente en el mismo las consecuencias como si las estuviera viviendo. Los cuentos con moraleja son el mejor ejemplo de cómo empatizando y viendo el camino que toman otros podemos evitar tropiezos o buscar soluciones para problemáticas similares.
Cuando vivimos una situación traumática nos cuesta mucho asimilar lo ocurrido, más aun, cuando estamos en un entorno de vulnerabilidad. Un niño que sufre algún tipo de maltrato no puede entender lo que ocurre, sólo siente que algo no esta bien, y no sabe ni explicar el porqué. Si de adulto este niño escucha la historia de una padre con adicción (en el caso de que le resuenen cosas) podrá no sólo entender lo que pasaba, si no empatizar con el sufrimiento de esa figura que le tenía que cuidar. No hablo de justificar , hablo de entender y poder seguir adelante. Es decir, poder ver la historia desde el otro lado para entender que no fue su culpa, o que a veces los adultos no saben reaccionar. A un niño le es imposible concebir que un adulto esté perdido.
Además la ficción completa la historia, y le suele dar un cierre. Muchas veces pone las palabras que nos hubiera gustado escuchar o decir. No sólo como final feliz. También nos muestra como nuestra historia estuvo muy bien ejecutada con las pocas herramientas que teníamos en ese momento. Nos puede ayudar a entender que salir adelante es un gran logro. También la ficción nos suele enseñar que los que no tuvieron tanta resistencia acabaron mucho peor. Aunque suene fatal, cuando explicas a una víctima que quedarse inmóvil era un recurso de su cuerpo para sobrevivir, les ayuda a entender que en realidad, sí estaban luchando.
Creo que esto es la razón de tanto debate sobre los finales de las historias, por que resuena en nosotros y si nos ayuda nos encanta, y si nos rompe la historia personal lo detestamos. Pero en el fondo es algo mucho mas emocional. Me encanta intercambiar obras ficcionales en terapia, y siempre digo que lo que yo pienso que les va a gustar o enseñar algo quizá no les guste o les venga bien.
Sería muy interesante estudiar que historias nos emocionan, cuales repetimos una y otra vez y que conexión tienen con nosotros. Lo que ocurre es que cada persona conecta por algún motivo con una historia , un protagonista, una canción.
Esto a todos nos pilla de cerca, por que de mayor o menor forma todos tenemos en nuestros esquemas mentales los mitos románticos en poemas, en libros y en el cine.