Dificultades de la Terapia de Pareja
Para que la terapia de pareja funcione hay una serie de factores a tener en cuenta.
Problemas psicológicos previos: Cuando uno de los miembros de la pareja sufre algún trastorno psicológico y no está dispuesto a tratarlo (por ejemplo una adicción). La terapia de pareja no puede funcionar por que la conducta de uno o de ambos no es sana. Esto no quiere decir que resolviendo este problema se resuelvan los problemas de pareja. Pero si no se soluciona este problema previamente no podremos sentar unas bases saludables de conducta entre ambos.
Diferencias sobre las necesidades vitales: Para conformar un equipo para la vida hay que tener los mismos objetivos. Por ejemplo sobre la paternidad; en ocasiones los miembros de la pareja esperan que el terapeuta consiga convencer a la pareja de que tener o no tener hijos es lo correcto. Frustrar el deseo de paternidad o forzarla sólo hará frustrar la vida del otro. En caso de «ceder» debe ser con todas las consecuencias y sin reproches. Lo mismo ocurre con las expectativas de futuro; las laborales; la ciudad en la que se desea vivir; vivir al día o ser ahorrador…etc..
Creencias erróneas sobre el amor: Esto va más allá de las películas románticas. Lo que debe ser una pareja se nos enseña en casa; opinan nuestros amigos; nos creamos unas expectativas propias. Y al ser cosa de dos son unos universos con sus creencias y sus prioridades los que pueden llegar a chocar. Parece que nuestra pareja se convierte de ángel a demonio. Y es que es lo más normal que al principio la atracción y el querer agradar haga que mostremos nuestra mejor cara. Con el paso del tiempo nos relajamos y mostramos también nuestros defectos. Aprender a ser uno mismo y mimar al otro puede ser muy complicado. Habría que aprender a renunciar a lo razonable y pedir lo que se necesita.
Comunicación: Esta suele ser la base de todos los problemas. Escucho mucho eso de «esto; ya debería saberlo; no se lo tengo por qué decir». Y es que todos tenemos muchas veces creencias erróneas sobre las intenciones del otro. Al deteriorarse la comunicación se deteriora la relación. Y es una círculo que se retroalimenta. Además la pareja se acostumbra a hablar a la defensiva y cuesta mucho romper esta tendencia.
Buscar sólo el cambio en el otro: En ocasiones se pretende que el terapeuta sea un juez. Y que se le diga al otro que lo está haciendo mal. Y no hay intención de cambiar ni de renunciar a nada. Pero cuando como hemos mencionado al principio si no es un problema psicológico previo. En la terapia de pareja hay que hacer cambios y renuncias por parte ambos para que funcione.
Una de las preguntas que te deberías hacer de cara a tu relación de pareja es lo que estás dispuesto a perdonar y lo que no piensas consentir. El terapeuta puede ayudarte a discernir lo que tú (independientemente de tus amigos; familia; tus experiencias pasadas) realmente quieres. El terapeuta no va a decirte lo que tienes que hacer. Lo que hará es que te escuches a ti mismo y te atrevas a decidir y a poder equivocarte.