Colaboración con El Confidencial sobre los e-sports
El negocio de las apuestas generado en torno a los torneos de ‘e-sports’ puede causar graves estragos a su principal audiencia. La vulnerabilidad del colectivo se explica atendiendo a dos factores. “El primero es que el cerebro no acaba de estar formado hasta los 22 años, por lo tanto, antes es especialmente sensible a cualquier sustancia y el juego de azar funciona en el cerebro como una droga”, explica Diana Alonso, psicóloga en la Asociación para Prevención y Ayuda al Ludópata (APAL). “Legalmente, no se les puede prohibir que jueguen hasta esa edad, pero, al menos hasta los 18, es importante que permanezcan alejados del juego”.
Otro factor importante es que, en el terreno de las apuestas, “los jóvenes piensan que lo pueden controlar, que pueden ganar dinero porque saben de ello». «A lo mejor no tengo habilidad para jugar, pero, como me gusta verlos y entiendo de videojuegos, puedo ganar dinero apostando. Es una combinación francamente peligrosa”, expone la psicóloga.