Si no soportas la navidad…
Al menos sácale partido.
En estas fechas una queja que escucho muchas veces es que se hace muy largo este periodo por muchas razones. Yo no soy una friki de la navidad ¡ni mucho menos! y reconozco que a veces se provocan situaciones duras y dolorosas de manera innecesaria.
Lo primero es que si has sufrido una perdida reciente o una situación traumática tienes derecho a vivir estas fechas como te nazca. Por ser navidad no hay que ser o estar felices y si la gente que quiere reclama tu compañia es por que quieren estar contigo y acompañarte. Y si ,también en tu tristeza. Si no te sale sonreir no lo hagas, nadie te lo exige.
La silla vacia; la navidad es un recordatorio perpetuo de los años pasados. Y lamentablemente la vida contiene alguna pérdida. ¿Eliminarias lo vivido para no sufrir hoy? ¿A que no? A si que centrate en las sillas ocupadas e inspirate en los buenos recuerdos de ese alguien especial que ya no esta, para generar unos nuevos en ti y en otros.
Otra cosa que puede que te haga indigesta la navidad es el falso afecto. Las postales y christmas se hacen pesados cuando hay un corta pega. No pasa nada por ver una frase bonita que te recuerda a alguien y enviarsela. Hazle saber que no es un cortapega. Es una excusa para dar un toque a alguien que recordamos con cariño. Para ser simpático y afectuoso sin tóxicos que nos desinhiban de por medio.
No confundas la diplomacia con la falsedad. Si decides ceder y pasar algun día con alguien que no te cae bien por otro. Lo primero que tiene que ser soportable no una pesadilla. Lo segundo ser amable por un tercero no implica mentir ni forzar.
Derroche económico; si no te puedes permitir un gasto extra, adaptalo a tus posibilidades. Hacer algo especial no tiene que ser mas caro sólo diferente para salir de la rutina. Hay regalos fantásticos que no se compran; tu tiempo y esfuerzo es lo mejor que puedes dar de ti. Por ejemplo acompañar a tu pareja a un evento de esos que le encantan y a ti te aburren.
Di no! A lo que no te guste; y a lo que no quieras. Y cede cuando creas que merece la pena.